En 2019, Astralis era considerado el modelo ideal del Counter-Strike profesional: un equipo que dominaba la escena y marcaba el estándar de la disciplina. Sin embargo, detrás del telón del éxito se ocultaba otra realidad: incluso con tres Majors en dos años, la organización operaba con pérdidas.
Salarios de campeones y el agujero financiero
Peter “dupreeh” Rasmussen, cinco veces campeón de Major, reveló que en 2019 los jugadores del “roster dorado” de Astralis ganaban 30.000 € al mes, sin incluir premios ni bonificaciones. En ese momento, el equipo estaba en la cima de su carrera: seis títulos en un solo año, 2,1 millones de dólares en premios y el estatus del mejor conjunto del mundo.
Pero a pesar de sus logros deportivos, los indicadores financieros eran sombríos: según los informes oficiales, las pérdidas netas de la organización superaban los 5 millones de dólares. Mientras el equipo dominaba los escenarios, el modelo de negocio de Astralis se tambaleaba bajo la presión de los altos salarios y los costos operativos.
La era dorada de Astralis
2018–2019 se convirtió en el símbolo del dominio absoluto danés. Bajo la dirección de zonic, la alineación compuesta por device, dupreeh, Xyp9x, gla1ve y Magisk ganó tres Majors consecutivos y transformó la propia cultura del juego profesional. Astralis fue el primer equipo en introducir un enfoque sistemático de tácticas, análisis y preparación psicológica, algo que luego se convertiría en el estándar del CS.
Sin embargo, ese éxito tuvo un precio. En la búsqueda de “las mejores condiciones de la escena”, la organización estableció un nivel salarial que la mayoría de sus competidores no podía permitirse.

Análisis: un modelo que se consumió a sí mismo
Astralis intentó construir un ecosistema corporativo de deportes electrónicos en el que el equipo funcionara como una marca completa: oficinas propias, departamentos de relaciones públicas, psicólogos deportivos, marketing y producción mediática. Esto le otorgó influencia global, pero resultó financieramente insostenible.
Mientras en 2019 los jugadores ganaban decenas de miles de euros al mes, los ingresos por patrocinios y transmisiones no cubrían ni la mitad de los gastos. En ese entonces no existían ligas franquiciadas ni contratos comerciales estables: Astralis estaba, en efecto, “comprando” su propio prestigio.
Dupreeh — un símbolo viviente de una era
Peter Rasmussen pasó seis años en Astralis, ganando cuatro Majors con el conjunto danés y uno más con Vitality en 2023. Su carrera es una crónica de la evolución de Counter-Strike: desde pequeños LAN locales hasta contratos multimillonarios. Hoy es el jugador más laureado en la historia del CS, y ha sido testigo de cómo la era de los gigantes se transformó gradualmente en un mercado impulsado por la lógica fría del negocio.
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El legado de Astralis
Astralis se convirtió en víctima de su propio éxito. Su legado no son solo los trofeos, sino también el recordatorio de que la era dorada de los esports tuvo un precio —uno que ni siquiera los campeones siempre pudieron pagar.
En 2019, el equipo vivía como un club deportivo profesional, pero competía en un mundo que aún no estaba preparado para esa escala. Y aunque dupreeh ya se ha retirado del escenario, sus palabras sobre los salarios de Astralis resuenan como la nota final de una historia que cambió para siempre a Counter-Strike.

